
Los domingos en
Casa Suecia empiezan a sentar tradición.
La saturación de las arterias a base de desayuno inglés es el segundo paso.
Dos cafés y una botella de agua con gas.
Agujas, lanas, patrones, y una conversación que va desde la
Teoría de cuerdas hasta los nuevos esmaltes de uñas de
Mercamoma, pasando por el intercambio de recetas en la cocina
y nuevas instrucciones para sobrevivir.
Encontrar a alguien con quien hablar o callar, dependiendo del momento,
reír o llorar, dependiendo de las circunstancias,
disfrutar de un café, o de un vaso de agua,
es una lotería..
Y yo, he tenido la suerte de ser premiada con el premio gordo.
Oye!, gracias por tantos y tantas cosas.
Mis neuronas contigo, hacen sinapsis completas!