- Esos segundos donde siento que pierdo el suelo.
- Encontrar aparcamiento a la primera vuelta, sin demasiado tráfico y con mi coche; lo viví ayer como un mini milagro, y un chute de optimismo.
- Oír una voz más alegre, y pensar que un detalle colgado en una puerta tiene que ver con esa pequeña alegría.
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